Buscar seguridad en los demás.
Tal vez no solo quería eso. Tal vez solo quería amor.
Siempre presiono para que te alejes, es que no te quiero cerca. Me hace mal recordarte, pensarte. Tal vez solo me tiraste a la oscuridad con tus decisiones, con tu formar de desearme fuera de tu vida.
Ni siquiera me viste, no sabes mi nombre, no te importo.
Yo era un nuevo obstáculo, y tu solo me saltaste por arriba. Me dejaste, me abandonaste.
Intente sacarte de mi mente, olvidarte, nada sirve. Formas parte de mi personalidad con cada palabra que descargaste sobre mis oídos. Eres solo una historia, una historia que duele y que sangra cada vez que se recuerda. Una historia que siempre derrama lagrimas cuando es contada.
Prefiero sentir que alguna vez te superare. O tal vez nunca lo haga y tenga que vivir con este nudo en la garganta por el resto de mi vida.
Supongo que siempre seras ese algo que me afecta, ese algo que me desvanece, ese algo que borra cualquier sonrisa, cualquier felicidad momentánea.
Eso eres en mi. Una bola de escombros. Una bola de escombros que derriba todo árbol, toda flor, todo intento de belleza.
Bicicleta
domingo, 30 de noviembre de 2014
| Absorta |
Sus problemas me absorben.
Estoy en el medio.
Nada esta bien, todo esta mal.
Mi alma a no tiene ni rumbo, ni sentido. La brújula se rompió y estoy en el medio de un bosque sin salida, lleno de arboles que no dejan ver las estrellas, lleno de arboles que no dejan ver la luz de la luna o el sol.
Indagar en mi pasado dejo cicatrices abiertas. Agregar tristezas a mi vida hace que caiga en picada sobre un agujero sin retorno. Y de repente la oscuridad es mas negra, el aire es mas denso, y la vida es rápida y corta, fugaz y intransigente.
Ya no hay deseos, solo sueños profundos de los que nunca despiertas. La cuerda tira hacia un lado y también en el sentido contrario, la personalidad de ella se va deformando al igual que las arrugas en su rostro. No hay respuestas, no hay soluciones porque querer lo mejor es solo una ilusión y ver la muerte de cada una es habitual.
La depresión en estos momentos es solo una palabra en el aire, una melodía amarga. El dolor es compartido y las lagrimas también, sin embargo nada sana. Las historia se repiten las causas son las mismas, sin embargo nadie intentar cambiarlo.
Peldaños rojos, paredes de yeso, laberintos incomprensibles, caídas, eso es mi cerebro. Desearía tener las alas de esos pájaros y volar lejos de este manicomio, aunque se que si las tuvieras las desperdiciaría con las gusanos de la tierra, siendo atrapada en la misma trampa de siempre. Siempre en un ciclo, siempre igual, siempre volviendo al principio, volviendo al dolor.
Estoy en el medio.
Nada esta bien, todo esta mal.
Mi alma a no tiene ni rumbo, ni sentido. La brújula se rompió y estoy en el medio de un bosque sin salida, lleno de arboles que no dejan ver las estrellas, lleno de arboles que no dejan ver la luz de la luna o el sol.
Indagar en mi pasado dejo cicatrices abiertas. Agregar tristezas a mi vida hace que caiga en picada sobre un agujero sin retorno. Y de repente la oscuridad es mas negra, el aire es mas denso, y la vida es rápida y corta, fugaz y intransigente.
Ya no hay deseos, solo sueños profundos de los que nunca despiertas. La cuerda tira hacia un lado y también en el sentido contrario, la personalidad de ella se va deformando al igual que las arrugas en su rostro. No hay respuestas, no hay soluciones porque querer lo mejor es solo una ilusión y ver la muerte de cada una es habitual.
La depresión en estos momentos es solo una palabra en el aire, una melodía amarga. El dolor es compartido y las lagrimas también, sin embargo nada sana. Las historia se repiten las causas son las mismas, sin embargo nadie intentar cambiarlo.
Peldaños rojos, paredes de yeso, laberintos incomprensibles, caídas, eso es mi cerebro. Desearía tener las alas de esos pájaros y volar lejos de este manicomio, aunque se que si las tuvieras las desperdiciaría con las gusanos de la tierra, siendo atrapada en la misma trampa de siempre. Siempre en un ciclo, siempre igual, siempre volviendo al principio, volviendo al dolor.
viernes, 21 de noviembre de 2014
| Pedacito de nada |
A veces me pregunto ¿Por que a mi?
¿Por que siempre tengo que estar en el medio de todo? Recibiendo el dolor que ellos se provocan.
Las marcas de sus gritos retumban sobre mi cabeza, las imágenes de sus cicatrices se instalan cada vez mas en mi subconsciente.
La sangre que corría por su brazo, las lagrimas que derrame sobre la ducha, ocultando cada respiración agitada para que nadie mas notara mi angustia. No necesitamos mas problemas de los que ya habia.
Tragando cada dulce dolor de ese pedacito de nada que le hace falta a mi vida. Callando ante el silencio, acompañado sin comentar. Escuchando sin que ella dijera nada, mirando sin que ella presintiera que solo quería ayudar.
Teniendo la esperanza de que todo mejorara, teniendo la certeza de que nada de lo que piense se volverá realidad.
Y así todo en un ciclo, llorar sobre agua turbia, ver con ojos de compasión que no son valorados. Abrazarla cuando ella piense que todo esta perdido, cuando ella piense que luchar ya no vale la pena. Querer decirle que no esta sola sin encontrar las palabras suficientemente profundas para que lleguen a su corazón espinado, lastimado, sin sentido.
Tratando de reparar sin tener herramientas para lograrlo, queriendo reemplazar cada gota por una sonrisa, sintiéndome completamente inútil para su existencia.
Escucharla con gritos ahogados, darle consejos que ella no tomara en cuenta y verla sangra de nuevo, mientras nuestro pedacito de nada desaparece en el medio de las olas.
Ella es mi pedacito de nada.
Ella esta desapareciendo.
¿Por que siempre tengo que estar en el medio de todo? Recibiendo el dolor que ellos se provocan.
Las marcas de sus gritos retumban sobre mi cabeza, las imágenes de sus cicatrices se instalan cada vez mas en mi subconsciente.
La sangre que corría por su brazo, las lagrimas que derrame sobre la ducha, ocultando cada respiración agitada para que nadie mas notara mi angustia. No necesitamos mas problemas de los que ya habia.
Tragando cada dulce dolor de ese pedacito de nada que le hace falta a mi vida. Callando ante el silencio, acompañado sin comentar. Escuchando sin que ella dijera nada, mirando sin que ella presintiera que solo quería ayudar.
Teniendo la esperanza de que todo mejorara, teniendo la certeza de que nada de lo que piense se volverá realidad.
Y así todo en un ciclo, llorar sobre agua turbia, ver con ojos de compasión que no son valorados. Abrazarla cuando ella piense que todo esta perdido, cuando ella piense que luchar ya no vale la pena. Querer decirle que no esta sola sin encontrar las palabras suficientemente profundas para que lleguen a su corazón espinado, lastimado, sin sentido.
Tratando de reparar sin tener herramientas para lograrlo, queriendo reemplazar cada gota por una sonrisa, sintiéndome completamente inútil para su existencia.
Escucharla con gritos ahogados, darle consejos que ella no tomara en cuenta y verla sangra de nuevo, mientras nuestro pedacito de nada desaparece en el medio de las olas.
Ella es mi pedacito de nada.
Ella esta desapareciendo.
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Soledad
sábado, 15 de noviembre de 2014
| Me siento tan sola |
Me siento tan sola.
Soy una catarata a punto de explotar. Sabiendo lo que vendrá y llorando de ante mano.
¿Que tan patético es eso?
¿Que tan patético es pensar que algo no saldrá bien y solo por eso no querer intentarlo?
¿Que tan patético es caer y no querer levantarse?
Supongo que quiero pensar que es parte de la vida.
Pero es que yo nunca había caído tan bajo.
Ya no quiero nada. Lo que quiero esta fuera de mi alcance. Ya no hay palabras de consuelo, ni frases memorables que me ayuden. Ya no hay personas que puedan intervenir.
Todo esta cuesta abajo y no hay un gran equipo para poder volver a esa montaña, a esa cumbre.
Lo peor es ver como otros llegan en tu descenso. Ver su felicidad al estar dando el ultimo paso que los llevara a la victoria, a la cima.
Me siento tan sola, que ni siquiera las palabras llenan el vacío.
Soy una catarata a punto de explotar. Sabiendo lo que vendrá y llorando de ante mano.
¿Que tan patético es eso?
¿Que tan patético es pensar que algo no saldrá bien y solo por eso no querer intentarlo?
¿Que tan patético es caer y no querer levantarse?
Supongo que quiero pensar que es parte de la vida.
Pero es que yo nunca había caído tan bajo.
Ya no quiero nada. Lo que quiero esta fuera de mi alcance. Ya no hay palabras de consuelo, ni frases memorables que me ayuden. Ya no hay personas que puedan intervenir.
Todo esta cuesta abajo y no hay un gran equipo para poder volver a esa montaña, a esa cumbre.
Lo peor es ver como otros llegan en tu descenso. Ver su felicidad al estar dando el ultimo paso que los llevara a la victoria, a la cima.
Me siento tan sola, que ni siquiera las palabras llenan el vacío.
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