Escribo.
Escribo porque lo necesito. Porque necesito que nadie entienda lo que siento. Necesito que las palabras se deslicen de mi corazón y se pongan en esta hoja en blanco. Necesito que se pongan en algún lugar, que se plasmen que se queden, que se sientan, que nunca se desvanezcan.
Escribo para descargar. Descargar todo lo que mi cerebro no puede superar, no puede entender.
Escribo para sentir que no estoy sola, que las oraciones tal vez me entienden, que tal vez los párrafos son mas que conjunto de palabras, sino algo mas que trasciende mis sentidos y se queda para siempre. No tanto como el amor.
Las palabras servirán siempre, aunque muchos digan lo contrario. Porque las palabras no solo se dicen, se escriben y como se escriben así permanecen, inmunes, inmutables...
Las palabras me consuelan, me permiten formar un nudo en la garganta y tragar fuerte para dejar todo eso atrás.
Nunca encontrare nada físico que me haga sentir así. Esto es mas que el amor de un padre a un hijo, es mas que un vinculo. Esto es eterno. Mis palabras, las tuyas son eternas, no se van con el aire, no se dicen si se escriben. Porque cuando se escribe se permanece inmortalmente e infinitamente a través del tiempo. Porque aunque el olvido sea inevitable, las palabras siempre están en la memoria. Porque en el olvido hay algo de memoria, y en la memoria hay solo eso, palabras.
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