Supongo que estaba negada. Ni siquiera cuando el casi gritaba en mi cara " Te amo" podía creerle. No confío en la gente, no confió en el amor variable e indecente.
Extrañamente sus ojos me decían otra cosa, que cambiaba todo mi mundo, que cambiaba cualquier definición ficticia de mi cabeza. Y es que esto parecía estar deteriorado por mi corazón. Mi corazón de hierro deterioraba cualquier dulce palabra, cualquier " Sos hermosa".
No puedo evitarlo, soy así de repulsiva al amor, no lo quiero, ni siquiera deseo que suceda. Soy una ermitaña convencida de que esos sentimientos no existen, convencida de que el amor es para ilusos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario