Bicicleta

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lunes, 15 de septiembre de 2014

| Reencuentros del destino (parte 1) |

— ¡Vos! — Dijo ella completamente furiosa al verlo notando como sus mejillas enrojecían — ¡Vos sos el idiota de Luro y Córdoba! Te voy a matar — Aseguro tomando su brazo con fuerza sacándolo de la ronda donde estaban sus amigos.

Los chicos rieron, mientras Alex se sorprendía y también se sentía afortunado de que semejante chicas lo arrastrara a su lado. Aunque no le había visto todavía la cara tenia un lindo trasero.


— ¿Que mierda estaba pensando ese día? ¿Usas es única neurona que te queda? — Bramo ella golpeándolo en el pecho — Casi me matas de un infarto, pensé que eras un maldito violador serial ¿Que mierda pensabas idiota? ¿Decime que pretendías ?

Ahora entendía todo. Mientras las chica respiraba fuertemente y seguía insultándolo Alex recordó esa noche, esa noche en la que la había visto en la esquina de enfrente, caminando en medio de la avenida. Ni siquiera sabia que diablos se le había cruzado por la cabeza para hablarle así de la nada, el no era de esos. Había sido una rara noche y desde aquel momento había prometido nunca repetirlo.

Pero ahora teniéndola ahi tan cerca, no podia evitarlo, no podía evitar ver esos ojos tan penetrantes que desde un principio lo había llevado a la estupidez. Le había tomado tiempo reconocerla, teniendo tanto maquillaje encima se le hacia

dificil distinguirla de aquella madrugada de cara lavada y ojeras prominentes, no sabia si estaba mas linda en aquel momento o ahora. No sabia decir que era lo que ella tenia que lo hacia hacer cosas como las que estaba haciendo ahora, besándola, sin razón alguna solo porque si, porque no podía evitarlo.

Ella sin embargo no lo detenía como aquella vez en la que tuvo el susto mas grande de su vida. Sus piernas habían salido temblando y tenia ganas de gritar y llorar al mismo tiempo. Nunca le había pasado, sentirse tan cerca de ser secuestrada. Y es que no es normal que alguien te tome del brazo o te detenga en el medio del camino para preguntarte ¿A donde vas?  Había sido tan extraño ver a alguien que parecía tan inofensivo que finalmente terminaba siendo un potencial abusador, y es que su cara bonita lo hacia parecer inocente. Por eso era que se había quedado pensando toda la mañana en el, le había contado a sus amigas para ver que pensaban ellas. Se había quedado toda la noche pensando en el. Se había quedado en esas noches de reflexión que la hacían dar vueltas y vueltas sobre la cama, prometiendo que si se lo volvía a cruzar lo mataría dolorosa y fríamente con un cuchillo.

Sin embargo, a pesar de todo esto, sus labios la besaban con fiereza como si hubieran deseado estar ahi unidos junto a los suyos por meses, se sentían bien, tan bien... Hasta que llego el momento en que ambos necesitaron tomar algo de aire y sus frentes chocaron en busca de el, llenando cada respiración con la del otro, colisionando miradas, sintiendo que la situación se había tornado descontrolada y frenética.

— ¿Que haces imbécil? — Grito ella volviendo a la realidad, dándose cuenta de que había besado a su propio violador personal, o al menos eso era lo que ella pensaba en su melodramática cabeza.

— ¿Que no me preguntaste que pretendía? — Dijo el totalmente feliz — Estoy respondiendo tu pregunta.

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