|Conociéndote (parte3) |

Sus pensamientos solo daban vueltas alrededor de una cosa, besarla.

Y es que era muy difícil para Alex tenerla tan cerca y tratar de controlar los impulsos para no terminar con su boca sobre la suya. Pero esta vez decidió contenerse, decidió esperar para ver hasta donde llegaba con sus preguntas, decidió esperar para ver cuantas veces podía desviar la mirada y morderse el labio, en esos momentos en donde parecía que los temas de conversación se había terminado.

Alex quería que esta vez la que se saliera de su eje fuera ella, la que quisiera dar el primer paso fuera ella. Y si, tenia que admitirlo, se le estaba complicando. Cada vez que el respondia una pregunta con total sinceridad, dejando a Ailen sin aliento, su cabeza volvía a maquinar, como si los engranajes se incrustaran lentamente, y volvía a formular una nueva duda 

¿Que acaso nunca se cansaba ?

— Bien ¿Ya terminamos con el interrogatorio Oficial? — Bromeo el ya sin poder contenerse.

— Si, creo que eso fue todo — Anuncio ella levantándose mientras desempolvaba su falda roja.

— ¿Que? ¿Te vas a ir así no mas? — Pregunto el indignado por la reacción de su compañera — ¿Como si nada hubiera pasado?

Ella se encojio de hombro. como si la respuesta ya estuviera servida en la mesa.

— ¿Después de todas las preguntas que me hiciste te vas a ir? ¿En serio? — Reclamo el ya empezando a disgustarse — No podes hacerme eso.

— Supongo que si puedo — Se victimizo ella mirando como Alex se cruzaba de brazos— Después de todo yo tampoco te obligue a que respondieras.

Alex la miro desentrañando algún misterio, alguna cuestión pendiente, o tal vez alguna respuesta que a Ailen le hubiera disgustado. Nada. No encontró nada, esta chica era increíble ¿Como pretendía irse así no mas? como si encontrarla acá hubiera sido pura casualidad, como si encontrar a la chica de Luro y Cordoba en un boliche hubiese sido una coincidencia.

Si el llegaba a insistir nuevamente, saldría corriendo. No es que no quisiera estar con el, solo le parecía raro, extraño, mejor dicho, le daba miedo. Ailen desconfiaba de Alex desde la punta de su despeinado y suave cabello azabache, hasta el final de los cordones de sus Vans negras. Pero por alguna inexplicable razón quería desentrañar toda su vida, quería conocerlo y averiguar si el realmente era la primera impresión que había tenido en aquella avenida a las 6 de la mañana. Lo peor era que a medida que mas lo descifraba, mas se daba cuenta de que no era peligroso, mas se daba cuenta de que le caía, aunque sea un poquito bien, o tal vez le caía un poco mas que bien, tal vez quería volver a sentir sus labios, pero eso jamas lo admitiría, ni en voz alta, ni en su subconsciente.

— Bueno, pero antes que te vayas tenes que saber algo — Dijo el levantándose y mirándola directamente con perseverancia — Yo no creo en las coincidencias. Si nos encontramos acá fue por algo, y si nos volvemos a separar, tal vez, no vuelva a verte. Pero no voy a pensar así, no suelo ser de esas personas pesimistas. Si te vi en Luro, si te volví a encontrar acá, te voy a volver a ver en otro lado rubia, y te aseguro que si te vuelvo a ver, no te me escapas mas. Si queres que termine acá, bueno, no te lo voy a impedir. Pero la próxima dalo por seguro que no se queda en una sola noche.